Una joven de 33 años se convirtió en la nieta 105 identificada por Abuelas de Plaza de Mayo, entidad humanitaria que se dedica a la búsqueda de hijos de desaparecidos robados durante la dictadura argentina (1976-1983), se anunció este lunes en conferencia de prensa.
"Con ella, suman 105 los casos que hemos resuelto", afirmó la presidenta de la entidad, Estela de Carlotto.
Se trata de Laura Reinhold Siver, hija de Susana Leonor Siver y de Marcelo Reinhold, ambos desaparecidos, y nacida en febrero de 1978 durante el cautiverio de su madre en el centro clandestino de tortura y exterminio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
La labor de identificación estuvo, como es habitual, a cargo del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
"Fue Laura, que siempre tuvo dudas sobre su identidad, la que se acercó a Abuelas y accedió a realizarse voluntariamente el ADN", dijo Carlotto, quien añadió que "desde hace mucho tiempo" tenían la sospecha de que Laura podía ser una de las nietas que buscaban.
"En marzo de 1982, Luisa Bermúdez de Reinhold, madre de Marcelo y suegra de Susana, se había acercado a Abuelas para denunciar la desaparición de su hijo y su nuera y así iniciar la búsqueda de su nieta", contó.
Susana Siver tenía 22 años y estaba embarazada de cuatro meses cuando fue secuestrada de su casa en la periferia oeste de Buenos Aires el 14 agosto de 1977. Ese mismo día fue secuestrado su esposo, también de 22 años.
Ambos militaban en la Juventud Peronista y en la organización político-militar peronista Montoneros, según un comunicado de Abuelas.
Tras ser trasladada al Hospital Naval para dar a luz en febrero 1978, Susana fue llevada de vuelta a la ESMA junto a su hija, a la que amamantó durante 15 días hasta que se la quitaron con la promesa de entregarla a sus abuelos, según sobrevivientes.
La niña fue inscripta después como propia por un matrimonio de civiles que la crió y que "nunca se acercó a Abuelas", explicó Carlotto.
Por la ESMA, pasaron unos 5.000 opositores, de los que la mayoría está desaparecidos.
Abuelas estima que unos 500 hijos de desaparecidos fueron robados y apropiados durante la dictadura.