miércoles, 24 de noviembre de 2010

Lo que no se puede decir, no se debe decir

Mariano José de Larra



Hay verdades de verdades, y a imitación del diplomático de Scribe, podríamos clasificarlas con mucha razón en dos: la verdad que no es verdad, y... Dejando a un lado las muchas de esa especie que en todos los ángulos del mundo pasan convencionalmente por lo que no son, vamos a la verdad verdadera, que es indudablemente la contenida en el epígrafe de este capítulo.
Una cosa aborrezco, pero de ganas, a saber: esos hombres naturalmente turbulentos que se alimentan de oposición, a quienes ningún Gobierno les gusta, ni aun el que tenemos en el día; hombres que no dan tiempo al tiempo, para quienes no hay ministro bueno, sobre todo desde que se ha convenido con ellos en que Calomarde era el peor de todos; esos hombres que quieren que las guerras no duren, que se acaben pronto las facciones, que haya libertad de imprenta, que todos sean milicianos urbanos... Vaya usted a saber lo que quieren esos hombres. ¿No es un horror?
Yo no. Dios me libre. El hombre ha de ser dócil y sumiso, y cuando está sobre todo en la clase de los súbditos, ¿qué quiere decir esa petulancia de juzgar a los que le gobiernan? ¿No es esto la débil y mezquina criatura pidiendo cuentas a su Criador?
La ley, señor, la ley. Clara está y terminante, impresa y todo: no es decir que se la dan a uno de tapadillo. Ése es mi norte. Cójame Zumalacárregui, si se me ve jamás separarme un ápice de la ley.
Quiero hacer un artículo, por ejemplo. No quiero que me lo prohíban, aunque no sea más que por no hacer dos en vez de uno. ¿Y qué hace usted?, me dirán esos perturbadores que tienen siempre la anarquía entre los dedos para soltársela encima al primer ministro que trasluzcan, ¿qué hace usted para que no se lo prohíban?
¡Qué he de hacer, hombres exigentes! Nada: lo que debe hacer un escritor independiente en tiempos como estos de independencia. Empiezo por poner al frente de mi artículo, para que me sirva de eterno recuerdo: «Lo que no se puede decir, no se debe decir». Sentada en el papel esta provechosa verdad, que es la verdadera, abro el reglamento de censura: no me pongo a criticarlo, ¡nada de eso!, no me compete. Sea reglamento o no sea reglamento, cierro los ojos, y venero la ley, y la bendigo, que es más. Y continúo: «Artículo 12. No permitirán los censores que se inserten en los periódicos:
»Primero: artículos en que viertan máximas o doctrinas que conspiren a destruir o alterar la religión, el respeto a los derechos y prerrogativas del trono, el Estatuto Real y demás leyes fundamentales de la Monarquía».
Esto dice la ley. Ahora bien: doy el caso que me ocurra una idea que conspira a destruir la religión. La callo, no la escribo, me la como. Éste es el modo.
No digo nada del respeto a los derechos y prerrogativas del trono, el Estatuto, etc., etc. ¿Si les parecerá a esos hombres de oposición que no me ocurre nada sobre esto? Pues se equivocan, ni cómo he de impedir yo que me ocurran los mayores disparates del mundo. Ya se ve que me ocurriría entrar en el examen de ese respeto, y que me ocurriría investigar los fundamentos de todas las cosas más fundamentales. Pero me llamo aparte, y digo para mí: ¿No está clara la ley? Pues punto en boca. Es verdad que me ocurrió; pero la ley no condena ocurrencia alguna. Ahora, en cuanto a escribirlo, ¿no fuera una necedad? No pasaría. Callo, pues; no lo pongo, y no me lo prohíben. He aquí el medio sencillo, sencillísimo. Los escritores, por otra parte, debemos dar el ejemplo de la sumisión. O es ley, o no es ley. ¡Mal haya los descontentadizos! ¡Mal haya esa funesta oposición! ¿No es buena manía la de oponerse a todo, la de querer escribirlo todo?
Que no pasan las «sátiras» e «invectivas» contra la autoridad; pues no se ponen tales sátiras ni invectivas. Que las prohíben, aunque se «disfracen» con «alusiones» o «alegorías». Pues no se disfrazan. Así como así, ¡no parece sino que es cosa fácil inventar las tales alusiones y alegorías!
Los «escritos injuriosos» están en el mismo caso, aun cuando vayan con «anagramas» o en otra cualquiera forma, «siempre que los censores se convenzan de que se alude a personas determinadas».
En buen hora; voy a escribir ya; pero llego a este párrafo y no escribo. Que no es injurioso, que no es libelo, que no pongo anagrama. No importa; puede convencerse el censor de que se alude, aunque no se aluda. ¿Cómo haré, pues, que el censor no se convenza? Gran trabajo: no escribo nada; mejor para mí; mejor para él; mejor para el Gobierno: que encuentre alusiones en lo que no escribo. He aquí, he aquí el sistema. He aquí la gran dificultad por tierra. Desengañémonos: nada más fácil que obedecer. Pues entonces, ¿en qué se fundan las quejas? ¡Miserables que somos!
Los «escritos licenciosos», por ejemplo. ¿Y qué son escritos licenciosos? ¿Y qué son costumbres? Discurro, y a mi primera resolución, nada escribo; más fácil es no escribir nada, que ir a averiguarlo.
Buenas ganas se me pasan de injuriar a algunos «soberanos y gobiernos extranjeros». Pero ¿no lo prohíbe la ley? Pues chitón.
Hecho mi examen de la ley, voy a ver mi artículo; con el reglamento de censura a la vista, con la intención que me asiste, no puedo haberlo infringido. Examino mi papel; no he escrito nada, no he hecho artículo, es verdad. Pero en cambio he cumplido con la ley. Este será eternamente mi sistema; buen ciudadano, respetaré el látigo que me gobierna, y concluiré siempre diciendo: «Lo que no se puede decir, no se debe decir».

martes, 23 de noviembre de 2010

Unfinished Bussiness

I thought he didn’t notice me
But he did
And he was a liar.

I thought I was a game
But I am your favourite

Then you ignore me
You drove me insane
But I’m a good actress
And you wil never know



to be continued...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Respiro Profundo, otra vez

Mi mente se desconecto y una parte de mi que creia olvidada hablo de nuevo...

Respiro profundo,
el aire no llega a mis pulmones.
Me ahogo,
me ahogo en angustia ajena.

Mis ojos se llenan de lágrimas
pero respiro profundo.
Me ahogo, otra vez,
en un mar de sueños dormidos.

Mi garganta se cierra,
mi corazón ya no late.
Pero sobrevivo,
se que jamás moriré.

Mi vista se nubla,
llego el momento.
Pero respiro profundo
y el sentimiento se borra

Mi alma se retuerce,
pide libertad,
pero respiro profundo
y la vuelvo a encerrar.

Y respiro profundo,
pero mis pulmones ya no quieren aire.
Y arrojo mi alma por la boca.
Y la veo irse, feliz…libre.

jueves, 11 de noviembre de 2010



Won’t be the first time,
             Won’t be the last
                     But
you have the power of making me smile

Hoy moriré de nuevo

Me siento perdida…
Se que si sintiera lo que siento hoy, un año atrás, estaría furiosa, dolida, frustrada, frenética y mas que nada, deprimida.
Pero, paradójicamente, el no sentir nada de todo eso me deprime…


Mensajes que no escribiste,  
Frases que no dicen,
Respuestas que no das,
Elogios a célebres desconocidos, 
La distancia que nos separa,
Las emociones que no confesé,
Lagrimas que no liberé, hoy abandonan mis ojos,
Palabras que no dijiste, no a mi.

Muero en tu silencio
Otra vez, muero
Ya he muerto en tu olvido
Y hoy moriré de nuevo

Llamadas que no contesté,
Noches que no dormiste,
Decisiones sin cumplir,
Incomodas verdades,
Esas que dijiste,
Esas que callé. 

Muero en tu silencio
Otra vez, muero
Ya he muerto en tu olvido
Y hoy moriré de nuevo

Héroes que no fuimos.
Victimas que creímos ser.
Victimarios, en lo que nos convertimos.
Destino que nos fallo.
Karma que pago nuestra deuda.
Suerte, esa que nunca tuvimos.
Ángeles que nunca nos visitaron. 
Vidas que desperdiciamos.

Muero en tu silencio
Otra vez, muero
Ya he muerto en tu olvido
Y hoy moriré de nuevo

miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Hoy en día o un día como hoy?

Un día como hoy pero en 1989 cae el muro que dividió Berlín por más de 28 años…”

Así comenzó el día de muchos alumnos,  hoy,  2010, recordando como el capitalismo triunfo una vez más.
¿Saben lo que se conmemora? Mucho dirán el fin de la opresión, la libertad de un pueblo… y yo no digo que están equivocados. ¿Pero acaso saben más que una frase de efemérides? No, por supuesto que no, eso ya es agua pasada
 ¿…qué son los vestigios de la guerra fría? ¿Qué guerra fría?...preguntan.

¿Cuántos pueblos lucharon? ¿Cuántas personas murieron? ¿Cuántas veces olvidaremos el pasado para luego repetirlo?

Porque el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra…pero no se engañen, también ha evolucionado y con la tecnología de hoy en día, cada vez hay formas mas innovadoras de tropezar, porque claro, el hombre siempre tropieza con estilo.

Y con la intención de dejar alguna moraleja, siempre “miremos atrás al bajar”



Pero eso no era todo lo que tenía que decir….

Hoy en día, todavía hay gente que teme al comunismo
Hoy en día, todavía no sabemos que sucedió
Hoy en día, las teorías marxistas están mal (para aquel que no las conoce, que son muchos por cierto, en los cuales me incluyo)

Hoy en día para ser feliz hay que consumir.

Olvidémonos de todo; tengo mi computadora, Internet lleno de información que no voy a buscar y/o leer, mi televisión y por supuesto mi Play. ¿Para qué voy a gastar mi preciado tiempo de Facebook  pensando en los desafortunados destinos de unos cuantos miles de personas que murieron hace ya casi 30 años? ¡Como si me afectara!

Hoy en día vivimos entre tanta ignorancia que hace que me pregunte como es que todavía sabemos hablar…

¿Hablar, Carla? ¿Pero…qué decís?? Si solo balbuceamos cosas sin sentido o significado alguno….

viernes, 5 de noviembre de 2010

yo grité..."¡me bajo contigo!"

Y resultó que todo era mentira. Ni llegué a este mundo volando desde París, ni traída por una de esas virginales cigüeñas trasportadoras de niños. Ni los Reyes Magos me conocían, ni me habían visitado nunca, ni eran ellos los que bebían mis vasos de leche y es que ni siquiera existían. Mi hámster y mi abuelo no velaban por mí ni me veían desde el cielo y los deseos no se cumplían por más que los repitiera apretando los ojos. Tampoco todos los niños eran iguales, ni todas las armas de juguete, ni todos éramos inmortales, ni toda la autoridad mi madre...Cuando me quise dar cuenta ya no me gustaba el mundo en el que vivía, entonces alguien dijo eso de; "Que se pare el mundo, me quiero bajar", y yo grité..."¡me bajo contigo!"

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Turbulenta obsesión

Te pienso, me es incomprensiblemente perturbadora tu presencia...ahh pero te pienso, te idealizo, te reinvento. Y es mentira, porque no sos nada de todo eso.
Es increíble que me conozcas mejor de lo que me conozco a mi misma y yo no sepa nada de vos.
No sos un misterio, sos básico. Y aun así, fuiste básicamente, mi salvavidas.

¿Como es que das vuelta mi mundo? Vamos a aclarar, no estoy enamorada ni mucho menos, pero padezco de una obsesión insana.
¿Quien te dio la llave a mi mente?? Ahh, cierto, fui yo. Y debería arrepentirme, pero no lo hago.

Por que nunca llore por vos
Por que nunca te burlaste de mí
Por que me dijiste si, podes cambiar al mundo pero no podes hacerlo sola

Sin embargo no me diste la mano, no me dijiste intentalo, no fuiste ni sincero ni amable
                  
Porque en el fondo, No te importa

Tu objetivo es simple y claro, y aunque jamás lo dijiste, y aunque jamás lo acepté, los dos sabemos, que mas temprano que tarde, lo vas a lograr.

Y mis idas y vueltas no van a salvarme esta vez, 
                                                    
                                  Porque secretamente, comparto tu mismo objetivo  


martes, 2 de noviembre de 2010

¿Autor o lector?

Se supone que estoy estudiando física y química, mañana (hoy en realidad) es la integradora, pero no era ese el tópico a desarrollar. No, yo quería hablar de cuan frustrada me sentía, quería lamentar haber perdido el poco talento que tenia para escribir, si es que alguna vez lo tuve. No, yo quería que Nico tuviera otro arranque de curiosidad y leyera esto, para después decirme que no es verdad (suponiendo, claro, que no lo ignore) Quería sentirme especial, todos quieren ser especiales y sin embargo, después de casi haber logrado lo que tanto ansiaba, después de encajar....me di cuenta que perdí eso que me hacia resaltar entre la gente.
Desesperada, lo busco, lo invento.
Hoy me veo presa de mis propias ideas.Es difícil ser diferente y con pesar descubro que nunca lo fui, imposible para mi encajar en ese mundo de intelectuales al que no pertenezco, increíblemente incomodo la idea de rebajarme a la plebe donde, paradójicamente, soy demasiado. ¿Si no puedo ser ni el autor ni el lector, debo ser un intérprete?
Y me despido ahora, por que diferente o no, si no apruebo mañana, mi mama me mata