viernes, 5 de noviembre de 2010

yo grité..."¡me bajo contigo!"

Y resultó que todo era mentira. Ni llegué a este mundo volando desde París, ni traída por una de esas virginales cigüeñas trasportadoras de niños. Ni los Reyes Magos me conocían, ni me habían visitado nunca, ni eran ellos los que bebían mis vasos de leche y es que ni siquiera existían. Mi hámster y mi abuelo no velaban por mí ni me veían desde el cielo y los deseos no se cumplían por más que los repitiera apretando los ojos. Tampoco todos los niños eran iguales, ni todas las armas de juguete, ni todos éramos inmortales, ni toda la autoridad mi madre...Cuando me quise dar cuenta ya no me gustaba el mundo en el que vivía, entonces alguien dijo eso de; "Que se pare el mundo, me quiero bajar", y yo grité..."¡me bajo contigo!"

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